El Ministerio del Interior español trató
de justificar con unas imprecisas fotografías el operativo saldado ayer
con la detención de siete jóvenes en Donostia, por parte de la Policía
española. Tras los registros, que se realizaron en sus domicilios y en
el bar Urkamendi de la Parte Vieja, se presentaron como pruebas
delictivas panfletos contra el TAV o DVDs de Segi. Estas fuentes
calificaron este operativo como «el tercer golpe a la estrucutura de la
`kale borroka'».
La Policía española detuvo durante la madrugada de ayer a siete jóvenes
donostiarras por orden del juez de la Audiencia Nacional española
Fernando Grande-Marlaska. En concreto, los arrestados son Mikel Arretxe,
Jon Sardon, Unai Perez, Peio Lamarka, Ekaitz de Ibero, Egoi Alberdi y
Julen Garmendia, según confirmó Askatasuna. Las detenciones se
desarrollaron en sus domicilios, situados en los barrios de Egia,
Intxaurrondo, Herrera, Añorga, Benta Berri y Amara Zaharra,
respectivamente. En el caso de Garmendia, éste fue detenido en el barrio
de Amara Berri, en el domicilio de su compañera, y posteriormente fue
llevado a su vivienda en Loiola para proceder al registro.
El operativo, según fuentes del Ministerio de Interior español, es fruto
de las investigaciones realizadas por la Brigada Provincial de
Información de Gipuzkoa y ordenado por la Audiencia Nacional. Imputan a
los siete detenidos sabotajes ocurridos en los últimos meses en la
capital guipuzcoana.
Santo Tomás, traineras y 12-O
En concreto, a los jóvenes, que tienen una edad comprendida entre 20 y
22 años, se les implica en el incendio a un autobús en el Boulevard
donostiarra el día de Santo Tomás del pasado año, los incidentes
acaecidos el pasado 9 de setiembre tras el veto a la manifestación del
movimiento pro-amnistía, los disturbios ocurridos el 12 de octubre con
motivo de la manifestación fascista prevista en la capital guipuzcoana,
el intento de quema de dos autocares en mayo y en agosto o el «ataque» a
policías durante el transcurso de la detención del mahaikide Joseba
Alvarez (en alusión a golpes propinados a un furgón policial).
Como novedad reseñable, el Ministerio que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba
colgó en su web (www.mir.es) cuatro imágenes en las que cabe concluir
que se observaría a algunos de los detenidos (sólo en una aparece una
persona rodeada por un círculo). La única foto en la que se aprecia con
claridad a uno de los arrestados corresponde a la detención del
mahaikide Joseba Alvarez; pero la imagen no recoge una acción de kale
borroka, sino la reacción de los vecinos ante la salida del furgón.
Posteriormente, las agencias españolas y el propio Ministerio de
Interior intentaron presentar el material incautado en los registros
como prueba, aunque no se habrían recogido más que panfletos en contra
del Tren de Alta Velocidad, DVDs de Segi, ordenadores y teléfonos
móviles.
Los arrestados fueron trasladados, en situación de incomunicación, a las
dependencias de la Comisaría General de Información en Madrid. Los
letrados de los jóvenes, por su parte, han solicitado al magistrado
Grande-Marlaska la aplicación del protocolo diseñado por Garzón, con el
fin de evitar malos tratos. Askatasuna mostró sus temores al respecto.
Los arrestos y posteriores registros se llevaron a cabo entre las 3.00 y
las 6.00, excepto en el caso de Arretxe, en que se produjo cerca de las
8.30.
La presencia de la Policía española no cesó, sin embargo, hasta bien
pasada la mañana. Tras registrar durante cerca de tres horas las siete
casas, los agentes tomaron la calle Juan de Bilbao, más conocida como
Ikatz kale, y procedieron al registro del bar Urkamendi, donde trabaja
Arretxe.
El registro, al que fue conducido el joven de Egia, se dilató durante
más de dos horas, tiempo en el que los policías, con actitud
intimidatoria, mantuvieron bloqueadas las entradas a esta calle,
generando el enfado de los vecinos.
Una vez finalizado el registro, los agentes desmontaron el amplio
operativo extendido por toda la parte vieja donostiarra y abandonaron el
lugar por la calle Aldamar, registrándose momentos de tensión entre
vecinos -que se acercaron para mos- trar su solidaridad al detenido- y
la Policía española. En ese punto, un agente golpeó incluso con su porra
y propinó una patada a una mujer de avanzada de edad que tan sólo gritó
«Aupa Mikel!».
Los vecinos de Alde Zaharra se mostraron «indignados» ante la actitud
mantenida por la Policía española y, en especial, por lo acaecido a la
altura de una ikastola, donde a esa hora los niños se disponían a salir
de la ikastola y tuvieron que hacerlo rodeados de agentes armados y
encapuchados. Tras la retirada de la Policía española, fue la Ertzaintza
quien cogió el guante y permaneció en la entrada del Boulevard portando
material antidisturbio.
El Ministerio de Interior español, en su comunicado, sitúa este
operativo como «la desarticulación un presunto grupo de apoyo a la
organización terrorista ETA». A su juicio, los detenidos «tenían como
misión realizar atentados mediante la con- fección y el lanzamiento de
artefactos explosivos e incendiarios contra los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad, edificios oficiales, sedes de partidos políticos, entidades
bancarias y de ahorro, estaciones y unidades de ferrocarril, transportes
públicos y mobiliario urbano».
El Ministerio que dirige Pérez Rubalcaba va más lejos y califica este
operativo como «el tercer golpe de la Policía española a la estructura
de la violencia callejera en cada una de las provincias vascas», uniendo
así estas detenciones con las producidas en octubre en la comarca
vizcaína de Uribe Kosta y con los arrestos en julio de este mismo año,
en Araba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario